Han pasado tres años desde que comenzara a trabajar en este barrio costero tan especial como es “El Cabanyal”. Barrio polémico y dividido a partes iguales en la opinión de si extensión si o extensión no. Veintitantos años de gobierno del Partido Popular y veintitantos años de plan de extensión de Blasco Ibáñez y gracias a dios que finalmente el plan no se ha llevado a cabo…en mi opinión , compartida con otros tantos en contra de llevar a cabo el plan, el hecho de llevarlo a cabo, habría supuesto el exterminio de preciosas y valiosas obras arquitectónicas e históricas, históricas si , ya que este barrio costero fue creándose poco a poco desde lo que inicialmente fueron cabañas de pescadores alrededor de la costa, hasta ir construyendo preciosas casas de un par de alturas impregnadas de color por el exquisito y artístico azulejo valenciano.
Todavía recuerdo mis primeras impresiones del barrio, en especial las de la zona 0. Para ser honesta, en un principio me tiró muy para atrás y me impresionó contemplar el estado de muchas de las numerosas viviendas y edificios a medio derruir o desastrados como no había visto nunca. Sin embargo, con el paso del tiempo no solo me fui familiarizando con la zona sino que me fue maravillando: sus pintadas, su rollo desenfadado y bohemio, sus construcciones dispares y sus diferentes zonas me fueron encantando cada vez más. Y así poco a poco, fui llegando a la conclusión de que, el estado de muchas de las calles y casas sólo era el resultado de la duda creada por el dichoso plan. Como era lógico, los propietarios de estos inmuebles, algunos dudosos de si su vivienda formaría parte de esa gran avenida hasta la playa o no, otros con una miseria de dinero a cambio de su suelo, no iban a estar invirtiendo en conservar algo que iba a quedar tal vez reducido a asfalto, modernidad y altura.
De esta forma el Cabanyal me ha ido atrapando, muchas son las ocasiones en las que me he paseado por su mercado, de excelente calidad en sus productos, donde cada día al entrar en la oficina puedo ver a verdaderos agricultores que vienen a vender aquí sus cultivos llevados a cabo de la forma más natural y sana que existe. Por no hablar de mis numerosas salidas siempre tan divertidas por los diferentes locales del barrio. Este artículo no trata de hacer publicidad a ningún sitio en particular pero hay algunos que irremediablemente están entre mis favoritos. Muchos son los sábados que a media mañana he empezado con la cervecita y algo de picar en “la peseta”, si no hay sitio nos trasladamos a “la fabrica”, después a comer al “ca la mar” o al “ancora” o si apetece se puede reservar una buena paella en “la tasca” o degustar el plato del día en “la maceta”, la copa o las copas corren por cuenta de “la carbonera” o “la fábrica del hielo” y todo el mundo acaba de fiesta en “els 27 amics”. Muchos serán los locales que aún no conozco en profundidad o que se me han pasado, ruego me disculpen, pero os invito a descubrir la riqueza que este barrio tan especial esconde entre sus calles. El Cabanyal irradia cultura, belleza, arte y diversión.