Poner un precio demasiado alto lleva a la exclusión, ya que la mayoría de personas que se interesan por una casa lo hacen en los primeros 15 días de su puesta en venta. Si el precio está fuera de mercado, el piso se quema, es decir, el dueño “queda sujeto a tener que rebajarlo excesivamente y cerrar la venta por un precio inferior al que debería”, explica Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria. De hecho, cuanto más tiempo tarde en venderse, menos valor tendrá.
Aunque parezca increíble, se venden casas.Algunas en horas. Casi siempre suele ser en el mismo contexto: inversor y precio bajo.
El plazo medio de venta ronda los 150 días, mientras que en 2007 solo eran necesarias un par de semanas, dicen en Alfa, agencia con una cartera de 15.000 viviendas. Apunta su vicepresidente que las que mejor salida tienen están entre 100.000 y 150.000 euros y, en el extremo opuesto, las que superan los 450.000.
La culpa del parón de las ventas fue de la burbuja inmobiliaria, pero no toda. Muchos propietarios llevan meses y años con el cartel de se vende descolorido. Siguen esperando una llamada.
Las agencias tienen constancia de casas que se pusieron a la venta en los primeros años de la crisis y que aún siguen sin comprador.
Algo no funciona. “Si una vivienda lleva más de dos años puede ser porque el precio no se ajusta a su estado y la valoración puede estar equivocada”, dice Esteban Caso, director de calidad de Gilmar.
En el 99% de los casos no se vende porque no es el precio al que los compradores quieren comprar.
Hay que ser realistas a la hora de poner un precio y fijarlo sobre inmuebles ya colocados y no sobre los que están en venta. “El 77% delstock en España no se va a vender en los próximos 12 meses, así que no son una buena referencia”, según Alfredo Sosa, bróker de Remax Lanzagorta, en Las Palmas de Gran Canaria.
Sirve de ayuda conocer los testigos de venta. Y atención. “No son a qué precio está publicitando su vivienda el vecino de enfrente, sino al que se firma la compraventa”, indica David Moya, director general de Look & Find. Aferrarse a un valor por el que hace años el dueño estimó que cerraría la operación y que hoy no se ajusta a la realidad es nadar a contracorriente. También creer que nuestra casa es la mejor.
“Una adecuada valoración supone más del 75% del éxito de la venta”, indican en Look & Find. Según su director, lo que mejor se vende son pisos usados de 80 metros a precios entre 145.000 y 170.000 euros.
Se le puede subir entre un 7% y 10% adicional previendo que el comprador va a querer negociar. En tiempo de crisis las negociaciones son agresivas. Ahora bien, rebajar más de un 15% supone que el inmueble está mal valorado o que se está vendiendo por debajo del precio de mercado. Y “si estamos un 20% o un 30% por encima, no vamos a recibir llamadas ni ofertas”. No es buena idea descartar por sistema la primera oferta, porque puede ser la más interesante.
Todo sirve para vender. Desde el boca a boca hasta las redes sociales. Sin embargo, las herramientas han cambiado en la última década. “El 40% de las operaciones venían del cartel en la vivienda. Hoy representan menos del 20% de las llamadas y, sobre todo, han crecido las operaciones que tienen su origen en bolsas de casas entre inmobiliarias”.
Puede que nada de esto funcione. No hay que olvidar que hay casas en zonas en las que prácticamente no existe demanda y que no se venderán en muchos años. Ante la duda, lo mejor es ponerse en manos de un profesional con formación y posibilidades de obtener financiación. Están entrenados para vender.
Fuente: ElPaís.com